van los pasos de Graciela
hacia el viento oscurecido.
Ella ignora los relojes,
violentos y apresurados,
que en todas las estaciones
marcan tiempos divididos.
Los hilos del telégrafo, se
ocultaron entre azules,
y Graciela acuna un universo
bajo su vestido tenue.
Alguien detiene los trenes al
compás de exactas luces.
Alguien analiza un mundo, que
sino es bueno, tampoco breve.
Graciela descubre una
avenida, entre diarios y Mercedes,
mientras los buzones de
Vasena, se acurrucan de olvidados.
Nadie sabe que está sola, que
su vida no trasciende,
solo ese sol que respira,
entre su carne de pájaro…
CARLOS MIGLIORE BATALLER
(Publicado en la revista
VINCULOS de TRES DE FEBRERO- Año 1-Nº1-JULIO 1986)
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