rozaba el
verde del parque,
mientras
breves pensamientos
se
extraviaban en los árboles.
Recortando tu
rostro en las aguas,
bajo tus
verdes ojos gigantes,
el instante
golpeó mi alma
mientras moría
la tarde.
Y fueron míos
tus labios,
roja antorcha
de sangre,
míos tus
cabellos castaños,
mía la forma
de tu carne.
Yo sólo deseé
en el tiempo
herir tu
cuerpo en amor.
Mas todo fue
nada y secreto,
y todo en
silencio murió…
CARLOS MIGLIORE BATALLER
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