cargó su
revólver de soledad con frío,
y asesinó sus
ilusiones flacas,
ayer por la
noche. Comentó su sobrino,
que el
televisor en colores recién traído,
de algún país
cercando la frontera,
estaba aún
encendido…
Nunca pudo
adaptarse.
La sociedad
fue un golpe muy bajo;
más bajo que
el tiempo de Francisco.
Con sus
distancias de amigos ausentes,
y poemas
olvidados en las esquinas,
se hizo viejo
viejo Francisco.
Y pasó por su
boca el polvo de la autopista,
mordiendo
pilotes como rejas prepotentes.
Su
desubicación resistida luchó por doblegarlo.
A pesar de la
técnica, amó las flores del patio.
A pesar de
las flores, la técnica robó un espacio.
Y ayer se fue
ruidosamente,
con el
silencio del futuro negado…
CARLOS MIGLIORE BATALLER
(Publicado en Boletín informativo Nº 11 - SADE Filial
Noroeste Bonaerense
Octubre-Noviembre 1981)
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