de clara tez
en pétalos derramada.
Su voz, hilo
sutil que insinuaba,
la ignota
placidez de lo profundo.
Su breve
mirar extrajo del silencio,
poemas de
extraña, pueril, literatura,
aquellos que
en irreal cascada de cabellos,
divagaban
frágiles olas con incierta premura.
Eran sus
pupilas, singulares esteros de paciencia,
donde la
extravagante intriga trocábase en simpleza,
mientras su
femineidad destrozaba el seno de lo perverso…
En apología
de lo sempiterno mi alma esta tarde clama,
por aquella
chiquilla de doce años que condensaba,
las más
gratas confusiones del universo…
CARLOS MIGLIORE BATALLER
(Escrito en el año 1969. Inspirado en Ana María,
compañera de sexto grado primario)
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