Alicia
acostumbraba recorrer la calle Artigas en aquellos primeros años. Mucho no le
importaba que los vecinos la vieran caminar sin rumbo fijo, con los ojos
perdidos en el alienante circo ciudadano que la rodeaba.
A
veces, se detenía frente a las casas que, por los años que cobijaban, podían
llegar a albergar algún recuerdo grato.
Sé
positivamente, que estaba muy sola, que necesitaba las palabras de un Benedetti
cotidiano, en un poema de oficina manuscrito en una servilleta de bar, para
saber que existía un horizonte posible.
Quzás
aquel tiempo de violencia, aparentemente superado, acostumbraba volver en la
agobiantes siestas veraniegas, en forma de lágrima.
Yo
quería amarla, sentirla mujer, sentirme hombre.
Pero
siempre fue así, Alicia pasaba por las calles tranquilas, y yo por las avenidas
ruidosas, toda una vida, todas las vidas…
CARLOS MIGLIORE BATALLER
[Publicado en NOTIXARG - Edición 48-Año 5-Noviembre/Diciembre
1995
(Revista interna de Xerox Argentina I.C.S.A.)]
Qué lindo, Carlos! Va para Juancito Caminador. Cariños, Marta Rosa
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